Hoy día me encuentro con personas que predican, la igualdad, la Fe, la “equidad”, la libertad y la justicia, pero su perspectiva es egoísta, descentrada, totalitaria, pues de alguna manera sienten que poseen libertad para decir lo que quieran, pero otros no tienen la libertad para diferir, y todo el que difiera es esclavo del “odio” y el “prejucio”. Como si la libertad tuviera dueño, como si la libertad tuviese valores. ¿Entonces de que igualdad hablamos?¿Que justicia?, en las palabras de uno de los más grande “No estoy de Acuerdo” que hemos conocido, Martin Luther King Jr.; “Debemos aprender a vivir juntos como hermanos o pereceremos juntos como necios”, verás, no se trata de estar de acuerdo, se trata de aprender a “vivir juntos”, entonces, cuando no estamos de acuerdo con alguien, no tratamos de eliminarlos, sino de convencerlos, utilizando como herramienta, el amor, la razón y la educación, de manera que podamos “vivir juntos”.
Ninguna legislación, ningún gobierno, ningún hombre, tiene derecho a hacernos aceptar los pensamientos de otros, para convencer existe la educación y la mente, sino que el trabajo de las leyes es defender los derechos fundamentales del individuo y, ¿no es acaso “pensar distinto” y expresarlo uno de esos derechos fundamentales?
“No estoy de acuerdo” nunca será un acto de odio, al contrario es un acto de libertad y justicia, así que hoy les declaro, con toda certeza, “ NO estaré de acuerdo con ustedes en todo, pero aún cuando no lo esté será con amor, y por amor intentaré convencerte, pero no con manipulaciones, sino con conciencia, razón y ejemplo vivo.”
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